17 de xuño de 2014
Decimoséptima edición EEEP Compostela
Para nuestra decimoséptima edición
de EEEP Compostela traemos un tema que está relacionado con nuestros orígenes,
bueno, los orígenes de todos los seres vivos. Hablaremos nada menos que de
"El origen de la vida". Una cuestión que fue durante mucho tiempo
abordada desde el plano espiritual o filosófico; pero que ha recibido, lógicamente,
la atención de la ciencia. En esta nueva edición podremos acceder a lo que la
ciencia nos dice sobre el origen de la vida y resolver las dudas que tengamos
al respecto.
Esta próxima sesión EEEP correrá a
cargo de un científico y divulgador de altura, Carlos Briones, quien nos aportará
datos, elementos técnicos, reflexiones y visiones que nos ayudarán a entender mejor
el problema del orígen de la vida. Charla informativa que con seguridad nos
hará pasar además un buen rato. Ya sabéis, como siempre el último viernes de mes, es decir el día 27
de junio, a las 21.00, en Kunsthalle (Rúa da Conga, 8). ¡No os lo perdáis!
El título de la ponencia es:
EL ORIGEN
DE LA VIDA EN LA TIERRA… ¿O FUERA DE ELLA?
Y su autor nos introduce de la siguiente manera el tema:
El origen y la evolución temprana de la vida son
cuestiones que, como propuso Charles R. Darwin, pueden (y deben) ser
investigadas empleando el método científico. De hecho, tras siglos de creencias
irracionales sobre este tema, la primera reflexión científica sobre el origen
de la vida se la debemos al propio Darwin, cuando en 1859, en el último párrafo
de “El origen de las especies por medio de la selección natural”, sugirió que
toda la biodiversidad que observaba podría haber descendido de una única forma
de vida primordial. Durante las primeras décadas del siglo XX, el bioquímico
Alexandr I. Oparin y el genetista John B. S. Haldane plantearon
independientemente el origen abiótico de los primeros organismos a partir de
reacciones químicas en los océanos primitivos, y posteriormente algunos físicos
como Erwin Schrödinger también reflexionaron sobre la naturaleza de la vida y
sus posibles orígenes. Pero hubo que esperar hasta 1953 para que el químico
Stanley L. Miller realizara la primera aproximación experimental en el campo
del origen de la vida, inaugurando con su famoso experimento el campo de la química
prebiótica.
Herederos de esa tradición científica, y gracias a la
aproximación transdisciplinar que actualmente seguimos en los laboratorios,
cada vez se sabe más sobre cómo surgieron las primeras entidades moleculares
capaces de autorreplicarse y evolucionar. Así, tenemos evidencias de que la
combinación de genoma y metabolismo en un sistema compartimentado originó, hace
algo más de 3.500 millones de años, una especie unicelular que conocemos como “ancestro
común de todos los seres vivos” o LUCA (del inglés last universal common ancestor). En ese momento se produjo una
transición fundamental en la historia de nuestro planeta: la química originó la
biología. De hecho, la investigación experimental sobre el origen de la vida
está permitiendo combinar los tres sub-sistemas que componen los seres vivos
(compartimento, genoma y metabolismo), lo que conecta este campo con otro íntimamente
relacionado: el de la biología sintética.
Pero, a medida que nos aproximamos más al primer
antepasado en la genealogía de todas las especies, nos surgen preguntas
fascinantes sobre el origen de la vida: ¿cómo se produjo?, ¿en qué ambiente?, ¿fue
un evento único o hubo varios orígenes?, ¿la vida surgió por azar o por
necesidad? Por otra parte, gracias a los avances en exploración espacial,
podemos plantearnos una cuestión aún más sugerente: si alguna vez encontramos
seres vivos en Marte, Europa u otro cuerpo del Sistema Solar, ¿serán también
descendientes de LUCA? Y, si la respuesta fuera afirmativa, ¿son ellos quienes
emigraron, o bien nuestro origen es extraterrestre?
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